Y proseguimos una semana más con nuestra serie de posts sobre guitarras eléctricas históricas, y en esta ocasión, vamos a analizar una guitarra que aparte de mítica, es cuanto menos curiosa.
Hablamos de una guitarra que, por supuesto, ha marcado una época en la historia del rock, y que además no es difícil de identificar debido a las manos que la hacen sonar.
Es una guitarra que a primera vista causa dolor de barriga a todo aquel que la ojea, y que incluso al verla hace que se digan frases míticas de la historia del rock.
En esta ocasión vamos a hablar de la guitarra superstrato “Frankenstrat” de Eddie Van Halen.
A finales de los años 70, Eddie Van Halen habla con Wayne Charvel por que quiere hacerse (él mismo) una guitarra nueva. Así pues Charvel le vende un cuerpo de stratocaster de fresno de tipo 2 (que traducido resulta de mala calidad) con un nudo enorme en la madera, y un mástil de arce todo ello por 130$, 80$ el mástil y 50$ el cuerpo, os podéis imaginar la calidad del mismo.
A una pastilla simple que Eddie tenía, la cual puso en la posición del mástil, le quita una PAF a su antigua Gibson E-355 y se la coloca en la posición del puente.
Cuando conecta el invento (sin tener ni idea de electrónica) la pastilla del mástil no le funciona, así que la deja de adorno, y la pastilla del puente le produce demasiado feedback, así pues Eddie la coloca torcida y anclada con parafina para reducir ese feedback (como veis, un trabajo de ingeniería…).
En cuanto al puente, Eddie probó primero a instalarle un puente Fender del 58, pero no le gustó, así pues procedió a ponerle un Floyd Rose, y en un hueco que le quedaba le atornilló una moneda de 25 centavos con la cara de George Washington (por que sí).
Debido a todas las magníficas instalaciones electrónicas (nótese el tono irónico) que realizó nuestro amigo Eddie, dos de los tres potenciómetros que iban a llevar su superstrato no funcionaban, así que directamente se los quitó, y le añadió un golpeador muy original, literalmente un trozo de vinilo, que al tiempo fue sustituido por uno de madera.
En cuanto al acabado, pasó por diferentes fases. En primer lugar fue negra con rayas blancas; posteriormente tuvo un acabado llamado “Bumble Bee” o tipo abeja, o lo que es lo mismo negra y amarilla; pero en 1979, Eddie Van Halen decidió darle el acabado que todos conocemos, roja con rayas blancas y negras.
Ah! Se me olvidaba, en la parte trasera, Eddie le pegó unas luces de freno de camión, para… la verdad es que no se para qué.
Y así nació una guitarra histórica, cuya fabricación es cuanto menos curiosa (por no llamarla desastrosa). Pero ahí no queda la cosa.
Allá por el año 1983, Eddie se convierte en endorser de la marca Kramer, que quiere hacerse cargo de la construcción y distribución de la guitarra de Van Halen.
En 1984 Kramer lanza al mercado el modelo signature de Eddie Van Halen, pero no sin antes llevarse la sorpresa. Cuando Eddie le lleva la Frankenstrat original a el luthier de la marca, Billy Connolly, las palabras de éste al verla fueron las siguientes: “What the fuckin´hell!!???”.
En resumen, nos encontramos ante una guitarra que además de histórica, es cuanto menos interesante en cuanto a su construcción, y que además es un ejemplo claro, de que las guitarras por muchos buenos componentes, materiales, etc, que tenga, lo importante son las manos que las hagan sonar, y para eso Eddie Van Halen era todo un maestro.
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