De todos los efectos para la guitarra eléctrica, indudablemente el número uno sigue siendo la distorsión, y esto es fácilmente visible ya que la mayoría de los amplificadores de hoy en día incorporan la opción de utilizar su propia distorsión. Pese a ello, muchos guitarristas se inclinan más por utilizar pedales de distorsión para obtener mayor flexibilidad en el sonido o bien como boosters. En cuanto al funcionamiento, los pedales de distorsión parten de la señal en bruto de la guitarra eléctrica e intencionalmente amplifican la señal hasta el punto en el que la onda se recorta, provocando que el sonido distorsione. Dependiendo de la forma en la que se altere la onda, se tendrán 3 tipos de pedales de distorsión para la guitarra eléctrica diferentes: fuzz, overdrive y distorsión.
Un poco de historia:
A principio de los años 50 es cuando se empezaron a escuchar los primeros sonidos distorsionados de guitarra eléctrica, haciéndose así un hueco en el espectro sonoro, pese a que no eran sonidos creados por los pedales, más bien eran sonidos creados por los amplificadores sobresaturados debido al resultado de las válvulas muy desgastadas o de los altavoces dañados. En situaciones en las que a los músicos les gustaba ese tipo de sonido en sus guitarras, normalmente intentaban recrear esos problemas de hardware para lograr ese sonido buscado.
A mediados de los 60 empezaron a aparecer los primeros efectos de distorsión. Esas primeras formas de distorsión a día de hoy se denominan “fuzz”. Con el paso del tiempo, la preferencia de los guitarristas por el tipo de sonido distorsionado fue evolucionando, adoptando diferentes formas.
Distorsión Fuzz:
La distorsión fuzz fue la primera en aparecer en el mercado ofrecida como pedal, utilizada notablemente por guitarristas como Jimi Hendrix. Cuando se utiliza un efecto fuzz se consiguen unos graves pesados con una onda recortada drásticamente en un intento de llegar a un sonido grueso en la guitarra. Hay quienes piensan que el sonido Fuzz es muy artificial o poco limpio, lo cual en ocasiones puede ser una ventaja. El Dunlop Fuzz Face Mini Hendrix es un claro ejemplo representativo de estos sonidos.
Overdrive:
Un pedal de overdrive intenta replicar el sonido de un amplificador de válvulas ligeramente saturado. El pedal de overdrive fue una parte integral del sonido signature de Stevie Ray Vaughan (con el archiconocido Ibanez TS808 Tube Screamer). Un overdrive preserva una parte del sonido de la guitarra sin distorsionar, mezclándose con las distorsiones producidas. Muchos guitarristas emplean el pedal de overdrive para situaciones en las que se necesita una subida de volumen (es decir, como booster).
Distorsión:
El pedal de distorsión tiende a proveer un sonido mucho más agresivo que los pedales de overdrive. Están diseñados para alterar dramáticamente la señal de la guitarra, consiguiendo un sonido pesado muy modificado. Existe mucha diferencia entre los sonidos provistos por los distintos pedales de distorsión existentes. Por ejemplo, un Boss DS-2 Turbo Distortion tiene un margen de operación para proveer distorsiones que encajan con el blues rock y también con el metal, mientras que un Boss MT-2 Metal Zone es exclusivamente para metal, tanto para géneros más moderados como géneros más extremos.
¿Cuáles son tus pedales de distorsión preferidos? Cuéntanos en los comentarios 🙂