Y continuamos como cada jueves con nuestra serie de posts sobre guitarras eléctricas históricas, y esta vez, vamos a describir una guitarra eléctrica que fue única en sus tiempos, una guitarra que representa las ganas de querer una guitarra eléctrica y no poder adquirir una.
Hablamos de una guitarra que nos hace vibrar en las canciones donde la escuchamos, y que por supuesto nos ha marcado en nuestra vida musical. Hoy tenemos el placer de hablar de la “Red Special” del guitarrista de Queen Brian May.
En 1963, un chico de 16 años de edad (Brian May) estaba harto de intentar interpretar las canciones que le gustaban con una guitarra acústica, ya que como sabemos, las guitarra acústicas (sobre todo las más baratas) son toda una odisea a la hora de interpretar canciones de guitarra eléctrica.
Así pues, Brian May decidió que tenía que adquirir una guitarra eléctrica, pero se encontró con un problema. El problema era que las Fender Stratocaster y Les Paul que habían en la época eran muy caras para su bolsillo, y que además las copias más baratas de éstas seguían siendo demasiado caras para él.
¿Cuál es la guitarra de Brian May?
Brian May decidió construirse su propia guitarra eléctrica con la ayuda de su padre, el ingeniero electrónico Harold May.
Para la construcción del mástil cogió un trozo de caoba (de buena calidad) del marco de una chimenea antigua que iban a destruir, aunque estaba algo apolillada y tuvo que taparle algunos agujeros.
Para el diapasón y para el cuerpo cogió un robusto trozo de roble, el diapasón lo pintó de negro y el cuerpo lo pintó de color cereza, pero lo ingenioso viene ahora.
Para los inlays del diapasón cogió unos botones (de camisa, de toda la vida) de madre perla que su madre tenía en el costurero.
El brazo del trémolo está hecho con un trozo de acero de una bicicleta que él mismo le dio forma, y en la punta le puso un trozo de plástico de las agujas de hacer ganchillo; y para los muelles del trémolo usó dos resortes de válvulas de motocicleta.
Para las pastillas de guitarra, en un primer momento intentó hacerlas él mismo, pero al no ser el resultado el esperado, decidió comprar tres pastillas simples Burns Tri-Sonic, que luego modificó a su gusto.
En cuanto a interruptores en su momento tuvo siete, que posteriormente fueron seis, uno On/Off para cada pastilla y un inversor de fases para cada una de las mismas. A todo esto hay que añadirle sus dos potenciómetros, uno de volumen general y otro de tono general.
En resumen nos encontramos ante una maravilla (en comparación con la construcción de la Frankenstrat de Van Halen de guitarra eléctrica, única, construida con esmero, con un sonido propio que todos sabemos identificar fácilmente y que ha marcado una época con su banda Queen. Todo esto y mucho más en tu tienda de instrumentos musicales de confianza, Multison.