Y seguimos una semana más con nuestra serie de posts sobre guitarras eléctricas históricas, y esta vez, describiremos la guitarra de uno de los máximos representantes de la historia del blues, de la historia de la guitarra y de la historia de la música.
Hablamos por supuesto del rey del blues B.B. King y de su famosísima guitarra “Lucille”, probablemente la guitarra más famosa del blues y una de las guitarras más significativas de la historia de la música.
Hay que destacar un aspecto importante: “Lucille” es el nombre que B.B. King ha puesto a lo largo de su exitosa trayectoria a todas sus guitarras.
Con lo cual decir que “Lucille” es solo la 335 sería caer en el error. Pero sí que es verdad que la guitarra eléctrica semisólida 335 y B.B. King van de la mano desde hace muchísimos años. Y… ¿cuál es la razón para que el rey del blues haya llamado a todas sus guitarras “Lucille”? Pues la razón es bastante curiosa.
En 1949, en un club de la población del estado de Arkansas, Twist, B.B. King se encontraba tocando y amenizando la noche. Era invierno y hacía frio, y en EE.UU tenían como costumbre poner un barril medio lleno de queroseno ardiendo para calentar al personal.
Se produjo una pelea entre dos hombres, los cuales derribaron el barril, lo que produjo un incendio en el local e hizo que se tuviera que desalojar la sala.
Cuando estaban todos fuera, el rey del blues se dio cuenta de que su guitarra, una acústica semiresonator, se había quedado dentro.
Jugándose la vida se armó de valor, entro en la sala incendiada, cogió su guitarra y la salvó del incendio.
Una vez fuera con su guitarra en la mano, B.B. King se enteró que los dos hombres se habían peleado por una mujer cuyo nombre era “Lucille”, y decidió llamar así a sus guitarras para recordarse que nunca debe perder el control por una mujer.
La mayoría de las grabaciones del rey del blues con RPM Records están realizadas con una Fender Telecaster (de ahí el error comentado en el párrafo anterior), pero la guitarra con la que todos lo conocemos y lo identificamos es una 335 negra con el nombre “Lucille” en la pala. Se trata, ni más ni menos, de una 335 con cuerpo de arce laminado sin hoyos con forma de “f” para evitar el feedback, mástil encolado de arce de 3 piezas, diapasón de ébano, con dos pastillas humbucker 490T en mástil y 490R en puente.
En cuanto a controles, contiene 4 potenciómetros Speed, uno para volumen general, dos para volumen de cada pastilla y otro para el tono.
También tiene dos entradas de jack, una mono y otra estéreo, un selector de pastillas de tres posiciones y un inversor de fase de seis posiciones, lo que la convierte en una guitarra muy versátil, además de seguir siendo perfecta para tocar blues.
En resumen, nos encontramos con una guitarra con una historia muy característica (como casi siempre pasa en el blues), que siempre reconoceremos debido al inconfundible toque de B.B. King, y que siempre nos quedará en la historia del blues en particular, y de la música en general.
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